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Foto1: Naaz y su madre en la puerta de su nueva escuela.
Foto 2: Acompañamos a Naaz en la compra de su uniforme.
¡Namaste!
Hace unas semanas
dedicamos un capítulo a Rashida. Su historia, como la de tantas otras mujeres
de las castas bajas, está salpicada de pobreza, trabajo infantil, emigración
del campo a la ciudad y un matrimonio pactado que la llevó al seno de uno de
los barrios chabolistas de la ciudad, el slum de Park Circus. Allí,
precisamente, es donde la conocimos, con la espalda de su hijo y parte de su
propia pierna quemados tras sufrir un accidente doméstico con el caldero de
arroz hirviendo.
Las heridas se
curaron tras varias semanas de pomadas y antibióticos, tiempo de constantes
visitas durante las que detectamos nuevas necesidades sobre las que debíamos
actuar. Incorporamos a la familia al programa de higiene, que les proporciona
cepillos, pasta de dientes, gel de baño y champú contra los piojos, y al
programa de nutrición, que les permite acceder a suplementos vitamínicos y
leche en polvo. Pero lo más importante, como siempre, fue la actuación sobre la
educación de los niños de la familia. La hija mayor, Naaz Khatoon, una niña de
seis años sin capacidad para leer ni escribir una sola línea, empieza este año
sus estudios en una de las escuelas en lengua inglesa de su barrio. Los costes
completos de matrícula, uniforme, libros, materiales y transporte son y
serán cubiertos por su madrina que financia su educación a través del PROGRAMA DE APADRINAMIENTO DE ESTUDIOS de ME IMPORTAS (más infromación en nuestra web www.meimportas.net).
Su madre cuenta que
nunca había visto a su hija tan contenta.
Muchas gracias por
vuestro apoyo.
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