"Nos invitaron a comer quitándoselo de su propia comida y ya por la noche, como nos habíamos gastado todo el dinero que llevábamos encima en montar a los niños en la feria, ¡nos querían pagar un taxi de vuelta! gente que no tiene prácticamente para comer...Total que nos volvimos andando, más felices que nunca. Cómo describir la energía que se respira allí. Son capaces de hacerte olvidar la pobreza en la que viven y nuca pierden la sonrisa, increíble...Realmente hacen que te pares y pienses..¡y yo que estoy todo el día cabreado por tonterías!"
Escrito en... Calcuta 27/10/08
Jorge
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