Pensamiento de un niño de 7 años.

Foto: ¡Proteinas!

Namaste!

Buenos días, sábado por la mañana, las tareas hechas, tomando un respiro...

Estamos en la semana previa a Carnaval y todas las actividades de la escuela van dirigidas a la preparación de la actuación del próximo martes. Habrá bailes, disfraces y la elección de reina del carnaval. En fin…es divertido.

Todo sigue bien, el trabajo aprieta pero se ven resultados y eso siempre gratifica. Estamos entrando en temporada de pocos voluntarios y eso significa apoyar a los demás en todo y que los demás te apoyen a ti.

Al final somos una gran familia con un objetivo en común, así que, trabajamos más pero mantenemos la sonrisa.

Un detalle que me ha hecho pensar. Fue ayer charlando con uno de mis peques, Julio. Recibió por su cumpleaños unos “tacos” de fútbol hace un par de días. Pues, a pesar de que se los pone hasta para estar en casa, anoche me preguntaba por cuánto podría venderlos…¿Por 30 quetzales (3€)? me preguntaba…Yo le dije que porqué querría venderlos y me dijo que para darle el dinero a su mamá que era pobre. Dónde está la cabecita de un niño de 7 años…

Conclusión… cuánto hay por aprender, cuánto por agradecer y cuánto por hacer. Aprendizaje, gratitud y cambio. Y una sonrisa XXL ante la vida.

Seguimos apoyando la alimentación de los peques con 15 kilos de carne picada y 120 huevos.

Un beso fuerte.

Muchas gracias.

Jorge.