Foto1: Estrellas y palabras // Foto2: ¿Imagen o realidad?
Namaste!
Esta mañana hemos visitado Oventik, uno de los “caracoles” del movimiento zapatista. Un “caracol” es un conjunto de municipios de ideología zapatista, geográficamente próximos y comandados por una localidad que es “cabeza” de dicho caracol (en este caso Oventik). Si soy sincero la visita me ha decepcionado.
Nada más llegar a la localidad te encuentras con algunos hombres encapuchados que te piden el pasaporte, lo retienen durante un rato y después te hacen algunas preguntas. Ellos deciden si puedes pasar o no.
Con nosotros no ha habido inconveniente. Nos han autorizado y hemos pasado a una calle principal donde había algunas viviendas, una clínica, centros de artesanía, etc. Y eso ha sido la visita, hemos querido profundizar un poco más pero, por lo que se ve, no dejan.
En fin, que nos ha sabido a nada y nos ha parecido algo extraño y un poco artificial la verdad. Me pareció más auténtico Larráinzar.
La cara…entiendo que como en cualquier otra comunidad, las personas se protejan de los “curiosos” que se acercan a conocer otras formas de vida. Igualmente, es normal que sólo personas con acreditaciones específicas o con una mayor concienciación con la causa puedan participar más activamente del conocimiento de estas comunidades. Toda ideología seria procura salvaguardar el respeto para su comunidad.
La cruz…si realmente quieres mantener discreción sobre determinadas comunidades quizá no es muy adecuado invitar al extranjero a que conozca, enseñarle lo que te interesa e incitarle a que al final compre algo, porque, la imagen que proyectas no es la de querer dar a conocer tu causa, sino más bien la de hacer un poco de marketing y ya de paso conseguir algo de dinero.
En fin, de este acercamiento al movimiento zapatista en Méjico salgo con bastantes dudas. Larráinzar me pareció real pero Oventik me ha dado un pequeño “tufo” a parque temático.
El punto álgido de la actividad zapatista se desarrolló entre los años 1994 y 1996, hace aproximadamente catorce años. Y aunque en su momento supuso una llamada de atención acerca de lo que sucedía en este rincón del mundo, no tengo muy clara su operatividad en el presente.
Me da miedo que tras la apariencia de una revolución en pro de los derechos de los indígenas y del mantenimiento de su cultura, se encuentre un movimiento obsoleto y con un interés más económico que social.
En fin, tendré que volver a Chiapas para poner algo más de luz sobre este movimiento.
Un beso fuerte.
Jorge
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